De una idea fugaz a la pantalla: la historia de Three and a Bullet
- danielcalvo510
- 8 sept
- 3 Min. de lectura

El día que todo empezó
La idea de Three and a Bullet nació en el lugar más inesperado: un banco. Estaba haciendo un trámite aburrido cuando mi amigo Aron Robbey me llamó. “Tenemos que hacer un cortometraje juntos”, me dijo. No lo pensé mucho. En ese instante, casi como una visión, apareció en mi mente la imagen de dos hombres y una mujer huyendo por el desierto en un camaro negro viejo después de un asalto a un banco. Esa fue la chispa que encendió todo.
Inspiraciones que me empujaron
Siempre he sentido admiración por Tom Cruise, no solo como actor sino como productor. Él es alguien que arriesga, crea sus propios proyectos y se asegura de que lo que hace conecte con las audiencias. Yo quería hacer lo mismo: contar una historia que hiciera vibrar al espectador, que los atrapara como me ha pasado a mí viendo grandes películas y cortos.
Sabía que en Ecuador tenemos talento y paisajes para hacer cine que emocione a la gran audiencia, pero pocas veces nos arriesgamos al cine de género más comercial. Three and a Bullet era mi oportunidad de intentarlo.
Escribiendo la primera versión
Esa misma noche me senté a escribir el guion. En dos horas tenía el borrador completo: caótico, lleno de errores, pero con el corazón en su sitio. Después entró al proyecto Xavier Guerra, que con su experiencia como guionista tomó mi idea y la transformó en una historia más sólida, sin perder mi esencia original. Su toque le dio la estructura que necesitaba.
Lo que puse de mí en la historia
Hay un tema central que me obsesionaba y que quise llevar a la trama: la traición. Todos, en algún momento, hemos sentido lo duro que es que alguien cercano nos falle. Esa herida amarga que puede cambiarte para siempre. Esa es la cicatriz que también carga mi personaje.
El miedo antes de empezar
Ser productor y protagonista a la vez no fue fácil. Recuerdo que la noche antes de rodar casi cancelo todo. Tenía miedo. Miedo a no ser un buen líder, a fracasar, a no estar a la altura. Pensé: “¿y si esto no funciona?, ¿y si no puedo con todo?”. Pero una vez que comenzó el rodaje, esos fantasmas desaparecieron. Entendí que el miedo solo estaba en mi cabeza.
Lucas, mi personaje
En Three and a Bullet interpreto a Lucas, un hombre inteligente, apasionado y con un lado noble que esconde por miedo a ser herido. Cuando sufre una traición, algo en él se quiebra y se transforma en alguien irreconocible incluso para sí mismo. Lucas se parece a mí en esa pasión y en esa vulnerabilidad disfrazada de dureza.
Lo que significa este proyecto
Este cortometraje es mi bebé. Nació de mí, de mis miedos, de mis pasiones. Me enseñó que no solo quiero actuar, también quiero crear y producir mis propias historias. En una industria tan inestable como la nuestra, producir me dio control y me permitió ver el cine desde otra perspectiva.
Además, me dio la oportunidad de explorar un género que nunca había tocado: el de la acción, poniéndome en los zapatos de un héroe/antihéroe al estilo que siempre admiré de Hollywood.
Mi sueño para Three and a Bullet
Por ahora, Three and a Bullet es un cortometraje, pero mi visión es convertirlo en un largometraje de acción, capaz de llegar a festivales internacionales y, con suerte, que una plataforma de streaming apueste por él. Sueño con que se convierta en la primera película ecuatoriana de acción producida por grandes estudios y plataformas internacionales.
Lo que espero del público
No quiero que el público vea Three and a Bullet solo como un ejercicio de estilo. Quiero que lo disfruten, que se entretengan y que se queden con ganas de más. Si consigo que alguien, aunque sea una sola persona, se sienta inspirado como yo me sentí creando esta historia, entonces todo habrá valido la pena.